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Arquitectos: Plano Humano Arquitectos
- Área: 1 m²
- Año: 2016
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Fotografias:João Morgado
Descripción por los arquitectos. Desde la necesidad de servir a múltiples funciones, el Centro Pastoral de Moscavide se compone de un conjunto de instalaciones que incluyen salas de catequesis, capillas funerarias y la residencia parroquial.
La estrecha proximidad y conexión con la Iglesia de Santo António de Moscavide, un edificio que se clasifica como una propiedad de interés nacional, proporcionó espacios para el diálogo y el encuadre. Los dos edificios se destacan como hitos de dos épocas que, aunque diferentes, se complementan como puntos de referencia en la comunidad.
Conceptualmente, proyectamos un volumen extremadamente simple en articulación con la iglesia adyacente que también es algo monolítica. Sin embargo, el nuevo edificio presenta detalles contemporáneos, concretamente en los materiales utilizados, como el hormigón, las paredes blancas en la volumetría espacial y la conexión del edificio con la luz natural circundante, constante en todo el proyecto.
El uso diferencial de los espacios internos, debido a sus diferentes valencias, determinó el despliegue programático que pasó de espacios públicos a espacios más privados, dejando atrás, en un entorno más aislado e introspectivo, el acceso a las capillas fúnebres.
A través de la avenida de Moscavide se puede acceder a la entrada principal del edificio, y también a la residencia parroquial, que termina cruzando todo el centro, por lo tanto en estrecha conexión con él.
La gran claraboya central que unifica todo el espacio brilla en el interior del edificio una luz que es alta, fuerte y siempre presente.
La luz del sol brilla sobre las capillas de la resurrección y crea una clara analogía con el pasaje litúrgico que atestiguan, caracterizando el espacio y envalentonando el momento.
Las delgadas laminillas que recubren toda la fachada desmaterializan y suavizan su volumen austero, proporcionando una atmósfera espiritual e incorpórea, mientras que en el interior, ofrecen una sensación de refugio e introspección mientras disfrutan de la vista y de toda la luz disponible.
El resultado final es un edificio sencillo, limpio, elegante, auténtico y casi rudo en términos de materialidad, que junto con el trabajo volumétrico de los espacios y la diafonía entre luz natural y artificial, da como resultado un edificio gráfico que nos transporta a una etérea, litúrgica e iconográfica atmósfera.